Tengo a bien resucitar
mi viejo blog (El Freaknéfilo) con este articulillo que me he tomado el placer
de escribir a la fresquita de la noche y mirando al mar desde Estepona. Por
cierto, con luna llena en el cielo y cerca de la calle de Paul Naschy.

¿Qué es el
“found footage”? Podríamos traducir la expresión como “metraje encontrado”. Es
decir, un producto audiovisual hallado, que supuestamente había sido
extraviado, tal y como es el caso de uno de los títulos seminales de esta
tendencia: HOLOCAUSTO CANÍBAL (Ruggero Deodato, 1981). La definición nos lleva
a especular con la posibilidad de que ese metraje no es una ficción
cinematográfica (así las cosas, imaginémonos el trabajo de un reportero de
guerra muerto en combate), si bien la realidad es muy diferente, tal y como es
el caso del título anteriormente citado, que, en cierta forma, establece los
pilares básicos de este peculiar género de ficción. La película de Deodato tuvo
problemas judiciales, teniendo que demostrar su director la perfecta salud de
los intérpretes (quienes, por contrato, debían incluso de permanecer en el anonimato
durante una temporada). En España, el escándalo fue servido por un mítico
reportaje en la revista Interviú. Yo mismo recuerdo que mi padre llegó a casa
espeluznado, tras visionar la película en el cine (¿pudiera ser el Eliseos?),
prohibiéndome su alquiler en video cuando fue lanzada la película en Betamax y
VHS (hoy ostento en mi colección una buena cantidad de copias de este clásico
del cine, así como una maravillosa fotografía junto al director Ruggero
Deodato, con quien, gracias a mis conocimientos de italiano, estuve charlando
brevemente en un memorable festival de Sitges). Ahora bien, ¿el “found footage”
debe ir ligado al horror? Esta es una buena pregunta. El hecho de que el
metraje haya sido perdido suele deberse a que su grabación ha sido realizada en
situaciones extremas (disimuladas, obviamente, futo de la ficción), tal y como,
por ejemplo, ocurre en la muy reciente AREA 51 (Oren Pelli, 2015), última
propuesta del creador de una de las señas de identidad del género, la magistral
PARANORMAL ACTIVITY (Oren Pelli, 2007). Si examinamos el género, seleccionando
diferentes películas, de diferentes directores, nacionalidades y presupuestos,
observaremos que, en efecto, lo atípico (en sus diferentes vertientes) aparece
en todas las propuestas: NOROI (Koji Shiraishi, 2005), REC (Jaume Balagueró y
Paco Plaza, 2007), REDACTED (Brian de Palma, 2007), CLOVERFIELD (Matt Reeves,
2008)…, por citar algunos ejemplos.

¿”Found
footage” o falso documental? Me era necesaria esta pregunta antes de seguir
avanzando para tratar de aclarar algunos aspectos. El documental implica un
deseo de dejar constancia de algo que se pretende examinar. El trabajo
profesional llevará incluso una planificación previa, más o menos larga. Sin
embargo, el “found footage” es el resultado de algo mucho más inesperado,
improvisado. El cineasta debe ajustarse a una realidad que se le impone. Su
trabajo de cámara es el resultado obtenido tras su lucha con esa circunstancia
a la que intenta sobrevivir. En este sentido, nos interesa mucho REC (uno de
los títulos que más han popularizado el género y que mejor han empleado sus
recursos), pues sería el ejemplo perfecto de un documental pervertido por una
realidad inesperada. Pero también nos interesa en el sentido en el que su
inicio forma parte de un plan ficcional previo, es decir, escapa a los
parámetros del verdadero documental, puesto que toda la película es una ficción
cinematográfica meditada y plasmada en un guión al uso. Un falso documental.
Ello nos lleva a hablar de la existencia de trabajos cinematográficos
relacionados con el “found footage”, pero no pertenecientes al mismo. Desde los
orígenes del cine (TODA LA VERDAD SOBRE EL POLO NORTE data de 1909) algunos
cineastas han jugado con la posibilidad de hacer pasar por verídico aquello que
no lo era (late en el fondo el mismo deseo que en el “found footage”).
Cineastas de la talla de Orson Welles o Woody Allen han llevado a cabo célebres
propuestas, tal y como es el caso de F FOR FAKE (Welles, 1973) y ZELIG (Allen,
1983). Otros, más oscuros, han llevado a cabo bromas de cierto mal gusto, tal
que la famosa autopsia perpetrada a un alienígena. ¿Qué hay de verdadero y de
falso en cada uno de los muchos documentales que podemos disfrutar a través de
los numerosos canales de difusión? En un medio tan tramposo como el
audiovisual, nadie está a salvo de la rumorología y la leyenda. Desde Jacques
Cousteau a National Geografic pasando por nuestro querido Rodríguez de la
Fuente, el fraude puede estar a la vuelta de la esquina, o del plano.
Pero, todo esto
era, simplemente, para advertir de que aquí escribiré acerca del “found
footage”, dejando a un lado el falso documental (aunque tengan obvias
concomitancias y lo uno nos lleve a lo otro). Quien quiera investigar más al
respecto puede recurrir a un interesante librito titulado IMÁGENES PARA LA
SOSPECHA, obra de varios autores.
Dejo en esta
ocasión también a un lado toda esa carga de morbo (más o menos gratuito) que
liga el “found footage” con las legendarias “snuff-movies” (ya me cansé de dar
cuenta del asunto en algún que otro programilla televisivo).
¿Qué debo ver?
Y llegamos a uno de los puntos clave de este articulillo. Imaginémonos a uno de
esos chavales curiosos, a los que les está empezando a gustar el cine un montón
y que, además, cuenta con un ordenador más o menos decente para navegar a alta
velocidad. El chaval en cuestión (o la chavala) ha visto, por ejemplo,
ENCUENTROS PARANORMALES (en su casa, en su cuarto, por la noche…, bueno, o en
la peña con los amiguetes) y ha “flipado en colores”. ¡Quiere más! Pues bien,
voy a establecer una lista de títulos “found footage” que yo he visto. Antes,
voy a aclarar una cosa. Como degustador compulsivo de cine de terror (y de
otros géneros) mi memoria puede fallar. Tened en cuenta que puedo ver seis
películas de tirón (si empezáis a hacer multiplicaciones…). Así las cosas, lo
que sigue es una lista donde está todo revuelto. Lo bueno y lo malo. Algunas
películas como REC las recuerdo, obviamente, muy bien; otras como HAUNTED
CHANGI no tan bien. La idea no es hacer una lista con las mismas películas de
siempre, sino una lista donde encontréis eso y mucho más, pues seguro que
muchos de los que estáis leyendo esto habréis visto la mayoría. Lamentablemente,
de algunas películas que he visto no logro recordar el título, así que esas
quedan en el tintero. Bueno, allá va:
HOLOCAUSTO
CANÍBAL (Ruggero Deodato, 1981): seminal y mítica. Visionaria e inspiradora. Un
clásico.
OCURRIÓ CERCA DE SU CASA (Rémy Belvaux, André Bonzel, Benoit Poelvoordee, 1992): antes de la bruja de Blair llegó este escalofriante trabajo audiovisual acerca de las andanzas de un frío asesino en serie. Un clásico no apto para todos los públicos.
THE BLAIR
WITCH PROJECT (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999): el mismo año en el que
se estrenaban THE MATRIX y STAR WARS EPISODIO I, una película de bajísimo
presupuesto se imponía en taquilla y originaba un fenómeno a escala mundial. Yo
era un chaval que corrió al cine y salió pensando que le habían tomado el pelo.
En aquella sesión hubo de todo menos terror: abucheos, risas y bromas… En las
taquillas de los ya desaparecidos Cines Augusta la gente pedía incluso que se
le devolviera el dinero. Sin embargo, la crítica no ha dejado de decir que THE
BLAIR WITCH PROJECT es una obra maestra. Juzgad por vosotros mismos. Yo me
reservo la opinión.
THE ST.
FRANCISVILLE EXPERIMENT (Ted Nicolau, 2000): heredera directa de THE BLAIR WITCH
PROJECT aunque muy poco conocida. Una pequeña joya a descubrir. Siempre
recordaré la noche de tormenta en la que la vi en mi casa, a solas. ¡Ay!
MUERTE DE UNA
CAZAFANTASMAS (Sean Tretta, 2007): quizás peque de larga (cerca de dos horas,
si mal no recuerdo). La vi hace años y me gustó y me dio cierto miedo. Pero no
os puedo decir mucho más.
EL DIARIO DE
LOS MUERTOS (George A. Romero, 2007): dejamos a un lado los fenómenos
paranormales, que tanto juego han dado y, entre plato y plato, nos tomamos una
tajada de carne servida por el rey de los zombis modernos, don George Romero,
quien decidió cambiar de estilo audiovisual para servir un logrado “found
footage”.
REC (Jaume
Balagueró y Paco Plaza, 2007): estrenada en el mejor Sitges que recuerdo.
Memorable sesión. Entonces nadie sabía de qué iba aquello. En esa sesión fue
donde se grabó el famoso anuncio con las reacciones del público. Ovación
cerrada. Clásico inmediato. Posiblemente, una de las mejores películas del cine
de terror. Posiblemente.
PARANORMAL ACTIVITY
(Oren Pelli, 2007): mi amigo Josemi no tenía demasiada fe en esta propuesta
anunciada tímidamente en un cartelillo en el Sitges 2007 (de nuevo, el mejor
año de los últimos diez). Lo convencí. Ovación cerrada. Clásico inmediato. Así
como de REC no recomiendo las demás (excepto la segunda), de PARANORMAL
ACTIVITY podéis ver todas. Yo soy fan de la saga; me encanta, sobre todo, la
tercera parte.
CLOVERFIELD
(Matt Reeves, 2008): y llegó Hollywood y tuvo que hacer el “super found
footage”; el GODZILLA a lo cámara en
mano, con el “pesadico” del J.J. Abrams de por medio. A pesar de todo, me
encanta esta película. Vedla si no lo habéis hecho.
PARANORMAL
ENTITY (Shane Van Dyke, 2009): a ésta la recuerdo como un plagio descarado de
la película de Oren Pelli. Un pequeño bodrio del género. Ya el título se las
trae.
ENCUENTROS EN
LA CUARTA FASE (Olatunde Osunsanmi, 2009):
más cerca del falso documental que del “found footage”. Pero la incluyo, pues
es una de las pocas que pudieron disfrutarse en cine, y es lo suficientemente
perturbadora, extraña y bizarra.
PARANORMAL
ACTIVITY: TOKIO NIGHT (Toshikazu Nagae, 2010): esta la incluyo porque es una
rareza. El PARANORMAL ACTVITY menos conocido. Ambientando en Japón. No sé si
pertenece a la saga oficial pero en su momento me hizo pasar un buen-mal rato.
Para curiosos y completistas.
8212. GACY
HOUSE (Anthony Fankhauser, 2010): el tristemente célebre John Wayne Gacy (uno
de los más despiadados asesinos en serie de la historia de Norteamérica) sirvió
de base para esta película que sigue los pasos de MUERTE DE UNA CAZAFANTASMAS.
No la recuerdo como mala. Más bien de las más inquietantes, extrañas y
perturbadoras. Quizás se deba a que juega con algo demasiado desagradable.
TROLLHUNTER
(André Ovredal, 2010): uno de los más originales y mejor resueltos “found
footage”. Las escenas con las bestias gigantes pertenecen por derecho propio a
cualquier antología del género que se precie. Nada que envidiar a CLOVERFIELD.
EL ÚLTIMO
EXORCISMO (Daniel Stamm, 2010): menos fortuna tenían los exorcismos en esta
esperada y algo decepcionante película.
ATROCIOUS
(Fernando Barreda, 2010): otro “found footage” de los que te mantendrá en vilo.
La atmósfera, poco a poco, se va perturbando, hasta, si mal no recuerdo, llegar
a un final de los que dan “mal rollo”.
HAUNTED CHANGI
(Tony Kern, Andrew Lau, 2010): otra película para pasar un ratico antes de irse
a dormir. En esta ocasión la manida premisa de edificio maldito. Un hospital.
Mucho más logradas, al respecto, las dos partes de GRAVE ENCOUNTERS, pero esta
tiene ese toque oriental que a muchos os (nos) gusta.
APOLO 18
(Gonzalo López-Gallego, 2011): ¿Qué tendrá la luna? El tema me interesa. Todo
lo que tenga que ver con el espacio, el universo y sus misterios me atrae
bastante, aunque reconozco que de lo que escribe Stephen Hawking entiendo tan
solo el 50%. Más fácil lo que nos cuenta el bueno de López Gallego en esta
película de terror lunar. Quizás sea una respuesta al enigma del no retorno del
hombre a la luna.
THE TUNNEL
(Carlo Ledesma, 2011): posiblemente, una de las películas por las que merezca
la pena que esté escribiendo este texto. Es de las menos conocidas y de las
mejores. Recuerdo que la vi una mañana y me hizo pasar un rato tenso,
entretenido, espeluznante. Genial.
THE AMITIVYLLE
HAUNTING (Geoff Meed, 2011): como no podía ser de otra manera, la más
legendaria de las casas encantadas debía tener su propio “found footage”. No
estaba tan mal.
EMERGO (Carles
Torrens, 2011): con Rodrigo Cortés de guionista. Uno de los más terroríficos
“found footages” a los que este humilde servidor se ha enfrentado. ¡Madre, qué
sustos! No os la perdáis.
SILENT HOUSE (Chris
Hentis y Laura Lau, 2011): asombrosa película rodada en un plano secuencia. El
problema es que no recuerdo si era “found foutage” o no. Pero es un peliculón,
y creo que no me equivoco al incluirla. Además, creo que acaba de ser editada
en nuestro país.
DESAPARECIDOS
(David Schurmann, 2011): “found footage” ambientado en una selva. Turistas que
son secuestrados (no me acuerdo bien ni por qué ni por quién). Pero sí me
acuerdo de que es un rollazo.
EVIDENCE
(Howie Askins, 2011): y otra de mis preferidas. Recuerdo verla una tarde,
precisamente desde donde estoy escribiendo este articulillo. Me lo pasé pipa.
Suspense, terror y explosivo final. Sí, ésta es otra por las que merece la pena
hacer esa lista. ¡Ojo! Pues creo que existe otra de idéntico título y que no es
tan buena.
ÁREA 407 (Dale
Fabrigar y Everette Wallin, 2012): una entretenida película ambientada en áreas
prohibidas (en esta ocasión no es la 51) donde acecha el terror. Si no me
equivoco, en esta ocasión el terror tenía forma de dinosaurio.
GRAVE
ENCOUNTERS (The Vicious Brothers, 2012): un show. Suspense, miedo, sustos. De
las mejores. Para ver en Halloween.
GRAVE
ENCOUNTERS 2 (The Vicious Brothers, 2012): y los fans queríamos más. Pues más
de lo mismo. La traca.
CHRONICLE
(Josh Trank, 2012): una de las más originales películas de superhéroes (con el permiso
de EL PROTEGIDO de Shyamalan) jamás filmada. No os la perdáis.
THE DEVIL
INSIDE (William Brent Bell, 2012): y la cosa, de nuevo, va de exorcismos. A
pesar de que tengo amigos que son buenos conocedores del género y que la
denostan, a mí es de las que más me gustan. Recuerdo que me sorprendió y me
hizo pasar un mal-buen rato (será que me hago viejo).
ENTITY (Steve
Stones, 2012): problemas de memoria. A lo mejor me equivoco, pero la recuerdo
mala, aburrida.
CHRONICLES OF
CHERNOBYL (Oren Peli, 2012): desde mi puno de vista, una de las obras maestras
de género, de nuevo servida por Oren Peli, el creador de PARANORMAL ACTIVITY.
Altamente recomendable.
VHS (Varios
Autores, 2012): colección de cortos, unidos por una curiosa trama, rodados con
el estilo “found footage”. Un “tour de force” que ha alcanzado la condición de
obra de culto por méritos propios. Vedla.
THE JUNGLE (Andrew
Traucki, 2013): recuerdo perfectamente la mañana en la que, con mi amigo Jaime,
nos fuimos al Auditori de Sitges a ver este monumental rollo de ambiente
selvático. Nos quedamos espeluznados… de risa.
VHS 2(Varios
Autores, 2013): tan popular o más que su predecesora. Merece ser vista por sus
pasajes brutales. Gore y diversión a raudales. Muy buena.
FRANKESTEIN’S
ARMY (Richard Raaphorst, 2013): un tebeo delirante. Soldados contra
experimentos nazis monstruosos en un “found footage” que usa la guerra mundial
como premisa para el desparrame total. Está majica.
THE SACRAMENT
(Ti West, 2013): “found footage” ambientado en una secta religiosa. Es algo
diferente. Es un rollete.
THE DYATLOV
PASS INCIDENT (Renny Harlin, 2013): pues sí, el señor Harlin facturó un “found
footage” inspirado en el conocido misterio del paso de Dyatlov. Ya sabéis que
Harlin lleva sin levantar cabeza desde… Curiosamente, ésta es de sus mejores
películas.
SX TAPE (Bernard
Rose, 2013): curioso “found foutage”. Mezcla (que no termina de funcionar)
entre el terror y el (¡atención!) porno. Una rareza.
WER (Wiliam
Brent Bell, 2013): una de las mejores películas acerca de la licantropía que yo
he visto. La incluyo por si no la conocéis, si bien no recuerdo si era o no un
“found foutage”. Pensad que el estilo cámara en mano confunde en ocasiones,
tras el visionado de tantas películas. Pero ésta os va a gustar, y mucho.
EXISTS
(Eduardo Sánchez, 2014): uno de los creadores de THE BLAIR WITCH PROJECT vuelve
al terreno del “found fotage” para disipar el misterio del big foot. Está
bastante bien la cosa. Para pasar el rato.
THE TAKING OF
DEBORAH LOGAN (Adam Robitel, 2014): y otra reciente propuesta. Lo que comienza
como una investigación acerca de la enfermedad de una pobre mujercilla acaba…
¡Madre mía como acaba!
ASÍ EN LA
TIERRA COMO EN EL INFIERNO (John Erick Dowdle, 2014): una de las pocas que se
han podido ver en cine (y recientemente). La disfruté en los Aragonia. Bajé a
través de una de sus pantallas a las catacumbas de París. Y lo que encontré
allí… Por cierto, no entendí bien el final.
UNFRIENDED (Levan
Gabriadze, 2014): para mí otro de los títulos importantes, a tener en cuenta
por su originalidad. Hay quienes hablan de un género nuevo, que se va apartando
del “found foutage”. Es posible.
ÁREA 51 (Oren
Peli, 2015): lo último de Oren Peli. Está bien, pero no es tan bueno como lo
anterior.
¿A qué obedece
el fenómeno? Pienso que tiene que ver con la facilidad que hoy en día todos
tenemos para hacer una película y distribuirla a través de la Red de Redes.
Además, hoy por hoy, una película como EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA ya no se
grabaría con las cámaras, objetivos, grúas y demás parafernalia (heavy metal)
dado que la tecnología ha avanzado y lo digital se ha impuesto (light metal).
Hoy por hoy, se graba en alta definición con cámaras ligeras, que se manejan
con una mano y que dan una estabilidad perfecta. Anteriormente, la distancia
entre los formatos profesionales y los domésticos era mucho mayor, hoy el camino
se ha reducido, y mi vecino, por poner un ejemplo, puede tener, por poco dinero,
un equipo con el que grabar y editar en 4K. Al respecto, en más de una ocasión
ha resaltado un cineasta de la talla de Francis Ford Coppola las virtudes de la
tecnología actual (posiblemente, si hubiera podido grabar APOCALYPSE NOW con la
tecnología de hoy, no se hubiera arruinado). Otros creadores, como nuestros
José Luis García Sánchez o Pedro Almodóvar, también se han manifestado hablando
de la suerte que los jóvenes cineastas actuales tienen. Hacer una película
cuando ellos facturaron sus primeros largometrajes era muchísimo más laborioso
y costoso que hoy en día. ¿Qué hubieran hecho cineastas consagrados si hace
cuarenta años hubiera existido la alta definición y los programas de edición e
Internet? Pensad, por ejemplo, en el alarde técnico (y en la calidad
audiovisual original) que demuestran películas pertenecientes a una misma saga,
aunque distantes en el tiempo, como los célebres episodios de la más famosa
saga galáctica. A pesar de todo lo que se le ha denostado, a mí me parece que
George Lucas, con un juguete nuevo, es mucho Lucas (y espero que ningún fan me
agreda por ello, e incluso sería deseable que se comenzara un proceso de
dignificación de los tres primeros episodios de Star Wars; aunque ahora todo el
mundo parece estar loco y ciego con tan solo el par de minutos que se han visto
de lo que ha hecho J.J. Abrams y Disney). Otro ejemplo, que, por fortuna, ha
tenido mejor suerte, el nuevo MAD MAX de Miller. ¿Qué hubiera hecho Miller a
finales de los 70 con la tecnología actual y Mel Gibson sin arrugas?

Al cine, en su
búsqueda de nuevas propuestas y cauces de expresión, le ha dado por alimentarse
de las libérrimas propuestas que la “gente corriente” ha distribuido a través
de canales tan populares como YouTube. El “found footage” es hijo de su tiempo,
una interesante mezcla entre un uso primitivo del lenguaje audiovisual (ese
amigo que grabó nuestra boda con tembloroso pulso, horrendos zooms,
vertiginosos giros, así como olvidando, de vez en cuando, apagar la cámara) y
las más actuales tecnologías. Una respuesta coherente y natural a las
antidogmáticas propuestas que hizo Lars von Trier, en su línea visionaria, en
su Dogma 95 (tan solo cuatro años antes de THE BLAIR WITCH PROJECT). Si, tal
que yo, sois curiosos, en YouTube encontraréis los mejores “found footage”,
pequeñas piezas maestras que la gente cuelga por gastar una broma, algunas, tan
logradas como espeluznantes. No en vano, una de estas genialidades anónimas (su
título, si mal no recuerdo, es FALLEN ANGEL) inspiró la creación de REC.
Dicho lo cual,
ya tenéis sugerencias para curiosear. Espero que os haya gustado.